miércoles, 14 de agosto de 2013

Unidos

Estas aquí y no estás. Aún te sentimos. Aún nos quemas la memoria. Aún nos persigues en sueños. Aún creemos en la magia de encontrarte de vuelta. 

Aunque ya casi no te mentamos, a veces hablamos de ti entre susurros, para no perturbar tu paz ni nuestro duelo. 

Hoy, estando juntos, nos tropezamos contigo en una noche fresca para expiar pecados, para preguntarse por qué, para darle mil vueltas más al caso. Es agosto, pero sentimos tu frío en la piel, tu aliento en la nuca y tu ausencia en los ojos, que nos lloran tímidos, húmedos de recuerdos. 

Gracias por mantenernos unidos. En tu destrucción nos creaste. Juntos te lloramos, y juntos superamos tu ausencia. Seguimos con nuestras vidas, pero sin olvidar que gracias a ti aquí estamos, fuertes, juntos, unidos. Cojos sin ti, pero vivos. 

Vuelvo a casa sola. Cruzo la rotonda. Miro la valla del cementerio. Aparco. Me meto en la cama. Y la culpa no me abandona. Lo siento. Te odio. Te quiero. Gracias. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario