miércoles, 18 de enero de 2012

Dieciocho de enero

"Por profunda y fatal que sea la pérdida, por importante que sea lo que nos han arrancado de las manos, aunque nos hayamos convertido en alguien completamente distinto y sólo conservemos, de lo que antes éramos, una fina capa de piel, a pesar de todo, podemos continuar viviendo, así, en silencio. Podemos alargar la mano e ir tirando del hilo de los días que nos han destinado, ir dejándolos luego atrás. En forma de trabajo rutinario, el trabajo de todos los días..., haciendo, según cómo, una buena actuación. Al pensarlo me sentí terriblemente vacío."
MURAKAMI, H. Sputnik, mi amor.

Tengo los recuerdos empañados y un puño atravesado en la garganta. Tengo mil lágrimas esquivas haciendo fila india en cataratas. Tengo un año de palabras sepultadas tras los labios prietos de la ausencia, y un dolor vacío en tu silencio que me ataca rabioso la existencia. 
Tengo demasiadas cosas que me queman y tú no eres ninguna. Ya no estás en ellas. Te diluyes en tu golpe mortal, premeditado, de cristales y noche oscura. En testamento la congoja de la culpa, la locura del miedo, los porqués interrumpidos, una foto de recuerdo y un tatuaje entre las sombras de remordimiento.

Un año más, un año menos, un año sin ti. Dieciocho de enero. Las mesas se nos quedan grandes y las conversaciones cortas. Me faltan tus discusiones, tus paranoias, tus miedos, los abrazos de reconciliación, tu sonrisa feliz y esquiva, tu amor y tus celos. No quiero quedarme con palabras en la boca ni guardarme tus confidencias, no quiero ser consciente de todo lo que no hice y de lo poco que supe ayudarte, no quiero echarte de menos instante por instante… 
A veces pienso en borrarte de mi memoria recurrente, eliminar junto a tu esencia tu paso por mi vida, desembarazarme del repiqueteo constante de tu muerte en mi cabeza; pero no puedo, de alguna manera soy gracias a ti, así que estaría quitándome un pedazo de mi misma; y por muy desmembrada que estuviera, sentiría tu ausencia en cada gota del espeso líquido mortal desparramado por el suelo, pues tú estás ahí, bien dentro, escondida, gritando para que no me olvide, pinchándome para que me enfurezca y te odie y te quiera con intensidades similares, en una ambigua mezcla de dolor y gracias. Ya que no pude salvarte, te tengo errando a mi vera; lo siento tanto… 
Ojalá hayas encontrado esa felicidad que buscabas, ojalá…

jueves, 12 de enero de 2012

Todo vuelve

Todo vuelve, así de simple. Murphy se olvidó de formular esta ley, o puede que su visión negativa de "lo malo siempre vuelve" se quedara corta. Yo creo que todo vuelve, bueno o malo: las oportunidades nunca son únicas, las hombreras esperan su reedición, siempre habrá segundas partes malísimas y casas barrocas, la misma trama servirá para todas las películas, y los hombres volverán a llamar cuando menos te lo esperes. Es el ciclo de la vida: de pitillo a campana, de cintura alta a baja, de romanticismo a realidad... y vuelta a empezar. Ahora sí, siempre estará la elección, el rebelarse a lo que nos venga dado. Quizá Murphy no estuviera tan desencaminado, y el futuro no tenga porqué ser mejor. En ti está la decisión de responder o colgar al teléfono, al fin y al cabo "el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra". Tú decides.


lunes, 2 de enero de 2012

2012

Se acaba el 2011 y toca hacer balance: 
A pesar del cambio climático, los desastres naturales, la elección del PP, la crisis económica y las desigualdades sociales, la gente sigue sonriendo. Con todos estos desastres, seguimos adelante y a muchos ni nos interrumpen nuestra vida diaria, pero aún así, nos sentimos desdichados en demasiados momentos. 

Mi 2011 deja un regusto agridulce, un empacho de emociones. Ha sido un año difícil, pero también lleno de sueños cumplidos: crucé el Charco, pero se me fue una amiga. Sin duda esos dos momentos se me han tatuado en el alma. Todos los días hay un hueco para Guatemala y otro para Ella; me acompañan en cada paso, en cada pensamiento, en cada silencio de más y en cada presencia de menos. No puedo, ni quiero olvidarlos. 

Pero no sólo eso, también me quedo con los amores fugaces, con las cenas de amigos, con un curso más aprobado, con mil libros más leídos. Y más viajes, y más promesas, y noches de estrellas con frío de montaña, y niños de sonrisas eternas y manos vacías, y dos patitos más en la espalda. Por los nuevos amigos y por los viejos, en Año Nuevo brindé con una copa de ron Zacapa. Por él, que estremece mis horas de sueño, y por lo imposible, para que se lo tome con calma. Por mi hermana, que se me marcha; por mi familia, cada vez más vieja y más cansada; por el 15-M y los indignados; por otro año de sueños cumplidos; porque no haya más desesperanza.

¿Por qué no aprovechar para propósitos humanitarios? Si despegamos la cara de la Blackberry/Iphone, estiramos el cuello encorvado y abrimos los ojos; si nos quitamos los auriculares que nos impiden escuchar el ritmo de las cosas pasar; si dejamos a un lado las necesidades autoimpuestas y el consumismo atroz… quizá se nos abra la mente y palpemos esa realidad paralela, la de verdad, donde la gente vive en guerra, o donde mueren de inanición, o donde la educación es un lugar vetado, o donde la desigualdad es ley. O donde simplemente, tener un móvil de última generación no es un problema, porque ni siquiera llega la electricidad. Pero aún así, el mundo sonríe, y nosotros, pobres ilusos, nos buscamos problemas inútiles por los que llorar. Si lo que queremos es un mundo más justo, lo primero que tenemos que hacer es cambiarlo, no vale acomodarse.

Lo que no quiero es que Laura ya no vuelva, y que el Océano se haga cada vez más ancho. No quiero que el 2012 sea una farsa, ni que el mundo se nos escape de las manos. No quiero trastos inútiles, ni prejuicios, ni miedos. Por eso quiero un 2012 más humilde, donde los Reyes Magos regalen sonrisas, donde los llantos sean cosa del pasado, donde las emociones estallen y el amor sea algo más humano.

Pido un 2012 de renovación, donde el fin del calendario maya sea un aliciente y no un mal presagio. Por todos los buenos momentos y por los que vendrán; por los errores cometidos, de los que se aprende; para que a los patojos del mundo no les falte de nada; y porque Ella haya encontrado su lugar.

FELIZ AÑO A TOD@S y que el 2012 esté lleno de sonrisas.