lunes, 26 de agosto de 2013

Despedida

Luarca me quema por dentro. Me despide oscura y lluviosa, al contraste con los días de sol y fiesta, como si de alguna extraña manera fuera consciente de mi partida y mi duelo. 

Luarca me cala el corazón y me lo arrasa y lo trastoca, y me empuja mar adentro y me confunde y me ahoga y me abrasa en su locura. 

Y cuando me voy me siento más sola y más vacía, supurando recuerdos, con el corazón seco y los ojos cálidos, húmedos de tu ausencia. Yo te lloro Luarca, porque cuando no te tengo sólo puedo pensarte. 



miércoles, 14 de agosto de 2013

Pequeña

Otra vez te marchas y yo me quedo aquí pequeña. Me pesa cada kilómetro que nos separa y cada día que no te tengo para enfadarme contigo o para darte un beso. Me siento pequeña en tu ausencia, una hermana mayor desmembrada y patética que no sabe enfrentar su futuro, y que espera incansable tu vuelta. 

Sé que toca mover ficha, abrir el mapa y elegir destino, comprar un billete y vivir aventuras; pero parece tan difícil. No sé por dónde empezar, no sé si estoy preparada, sólo sé que hoy nos despedimos y que tú te vas lejos; y yo sigo aquí pensando, sin ninguna atadura y sin ninguna meta, mirando por la ventana la sonrisa de luna creciente que, amarilla, se ríe de mi insignificante existencia.  

Cuídate en mi ausencia, vuelve a casa, en algún lugar del mapa nos encontraremos. Te espero el próximo verano.

"Llevo tu corazón conmigo, lo llevo en mi corazón."


Unidos

Estas aquí y no estás. Aún te sentimos. Aún nos quemas la memoria. Aún nos persigues en sueños. Aún creemos en la magia de encontrarte de vuelta. 

Aunque ya casi no te mentamos, a veces hablamos de ti entre susurros, para no perturbar tu paz ni nuestro duelo. 

Hoy, estando juntos, nos tropezamos contigo en una noche fresca para expiar pecados, para preguntarse por qué, para darle mil vueltas más al caso. Es agosto, pero sentimos tu frío en la piel, tu aliento en la nuca y tu ausencia en los ojos, que nos lloran tímidos, húmedos de recuerdos. 

Gracias por mantenernos unidos. En tu destrucción nos creaste. Juntos te lloramos, y juntos superamos tu ausencia. Seguimos con nuestras vidas, pero sin olvidar que gracias a ti aquí estamos, fuertes, juntos, unidos. Cojos sin ti, pero vivos. 

Vuelvo a casa sola. Cruzo la rotonda. Miro la valla del cementerio. Aparco. Me meto en la cama. Y la culpa no me abandona. Lo siento. Te odio. Te quiero. Gracias. 


lunes, 12 de agosto de 2013

Tontunas de amor

“Con el amor no basta” es una lección que tod@s deberíamos de aprender. Nos machacan la mollera con escenas de amores imposibles que todo lo pueden, con relaciones de cuento y perdices, imágenes que nos llevan a anhelar la desdicha de un amor tan intenso, pero que nunca enseñan el final.

Desde bodas inverosímiles con perfectos desconocidos a los que se jura amor eterno, hasta abandonar un futuro prometedor por un calentón tonto en un viaje exótico. Ellas juran que es amor, no sé que dicen ellos, pero ¿hasta qué punto es real o, quizá, de película? 



Soy la primera sensibloide que se traga estas películas, la primera que quiere vivir aventuras y caer en la pasión más tórrida, vivir lejos de la realidad, un tiempo en el engaño... Pero desgraciadamente cuántas de estas historias sobreviven a la rutina, al conocerse, a la desesperanza de todo principio sin dinero y sin trabajo, o desgraciadamente, al que haya otras turistas de por medio.

Por eso mismo, sabiendo que el final no es lo que promete, piénsate dos veces el dejar toda tu vida, tu familia, tus amigos, tu futuro… por la sombra de una promesa de amor sin fundamento. Búscate tus propias aventuras, conoce el amor con calma y sin forzarlo, no lo inventes, piensa en ti y en lo que quieres, no seas tonta, o tonto, o lo que toque en cada caso. El amor nos vuelve tan gilipollas… aunque sea un amor de película, de prestado. 

sábado, 10 de agosto de 2013

Catástrofes

Instantáneo. Repentino. Sin previo aviso. El primer segundo sin ti, cuando te escurres entre mis manos histéricas, un primer segundo de tantos otros eternos, un segundo que coincide con el aniversario de la bomba atómica sobre Hiroshima y Nagasaki. 

Ya no estás. La habitación ha quedado en calma. No se oye el estertor, ni los gritos, ni a los médicos. Sólo el lamento ahogado de ella en una esquina. Por un segundo me siento vacía, liberada, ya no hay shock, ya no hay ruido, ya no estás. Luego viene la explosión que todo lo arrasa, el hongo tóxico de pánico miedo y dolor. Ya no queda nada, estoy sola y tú te has ido.