jueves, 14 de junio de 2012

Love me or leave me

Nina Simone ya lo cantaba (con su voz negra y sus ritmos de blues): love me or leave me, "ámame o déjame"; y añadía junto al suspiro del piano: "o déjame estar sola". Solos, así es como estamos todos (o casi todos), y es cierto que muchas veces así lo queremos, sentirnos acunados por el vacío y la independencia, soberanos de nuestra propia realidad, escritores de nuestro propio destino. 

Pero todo blues tiene su moraleja, la melancolía de un amor imposible que nos desbarata la existencia. Por muy solos y fuertes que nos sintamos en el mundo individualista que hemos construido, donde las relaciones sólo sirven para deshacernos la cama, de vez en cuando se nos desborda un poquito del amor almacenado (a la espera de un final plastificado de película). Entonces nos ponemos enfermos. Locos de celos por alguien que aún está pensando en arrugarte las sábanas, sin caer en que el amor es posible y que aún no se ha extinguido. Y tú quieres hacerle entrar en razón. Gritarle para que te mire y descubra que la noche no es el único momento para los besos. Obligarle a que te recoja, una vez te has derramado, y a que se desborde contigo, ahogando en el camino las citas cortas y las mañanas vacías.

Lo que nos enseña Nina Simone, o lo que yo quiero que me enseñe, es a reivindicar tu amor sin esconderte, a superar el escepticismo sentimental, y a mostrarte tenaz con lo que es tuyo. Por eso ruega en la canción que no juegues conmigo, que me ames o me dejes, o déjame estar sola. Sola y digna. "Prefiero estar sola que feliz con otra persona".

[...] Quiero tu amor y no lo quiero prestado. Tenerlo hoy para devolverlo mañana
Tu amor es para mí. Mi amor es para ti. No hay amor que valga para nadie más [...]

Eso es lo que quiero. Tu amor. Pero no sólo por una noche.


No hay comentarios:

Publicar un comentario