domingo, 20 de febrero de 2011

Dieciocho

El dieciocho es un número para olvidar; una hoja que pocos echaran de menos en el calendario; un silencio incómodo y una mirada cómplice y sin aliento; es la congoja que se te agarra al pecho; lo inaúdito y lo inhumano; la pesadilla sin salida que trunca la realidad. En resumen, el dieciocho es un intento por olvidar los recuerdos y dejarlos escapar poco a poco a través de la palabra escrita.
Quizá sea una tontería, un acto con pretensiones, la autoviolación (o mejor dicho onanismo) de mi privacidad... Quizá me equivoque y en un suspiro haya borrado del ciberespacio mi huella. Sólo puedo afirmar que hay momentos en la vida que te atizan un buen golpe y te obligan a reaccionar en algún sentido; este blog es el resultado, la consecuancia de "tu" ausencia y de los recuerdos que pesan en la memoria; y el diecioho no es más que otro número de tantos que he querido convertir en símbolo: el símbolo de esos recuerdos que te arañan el alma con su presencia.
Por ti y por todos los momentos que no viviremos.

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