viernes, 6 de diciembre de 2013

Sudáfrica, nación de Mandela

Hoy el país se viste de luto para despedirse de su héroe, de su dios omnipotente y particular. Mandela se ha ido, a sus 95 años, con la conciencia tranquila (espero), después de haber convertido un país lleno de odio en una nación en paz, igualitaria (al menos en teoría), donde la diferencia racial empieza a ser cosa del pasado.

Monumento a Mandela en Port Elisabeth, South Africa.

Hace menos de una semana que cogí el avión de vuelta a mi casa, dejando atrás dos meses de aventuras y descubrimiento en este maravilloso país que es Sudáfrica. Él ya estaba enfermo, muy enfermo, mantenido con vida por máquinas cargadas de intereses. Aún así, su presencia en el país era palpable, a pesar de la tensión en el aire que auguraba que el final se acerca. Su imagen te persigue en los museos, en las calles, en las camisetas de los turistas y hasta en las de los propios sudafricanos. Es un símbolo, una imagen de orgullo, un reclamo, el triunfo de los derechos humanos sobre la tiranía, el perdón extremo, el renacimiento sin rencores... ¿Cómo alguien que ha pasado 27 años en la cárcel, en ese islote aislado del mundo que supone Robben Island, condenado por defender y luchar por los derechos humanos y la igualdad y la libertad y todas esas cosas buenas que queremos todos, cómo alguien que ha sufrido el desprecio por su color de piel, y ha vivido la destrucción de su familia a manos de aquellos blancos que se creían superiores, cómo alguien así es capaz de salir y perdonar y convencer a su nación de que perdone y olvide?

Por eso Mandela es el icono que es, y su lucha por la libertad no acaba con él, sino que continúa en su recuerdo. Gracias Madiba por esperarme, por dejarme vivir contigo esa Sudáfrica, esa tierra prometida, mixta, bella y eterna. 

La muerte es algo inevitable. Cuando un hombre ha hecho lo que él considera como su deber para con su pueblo y su país, puede descansar en paz. Creo que he hecho ese esfuerzo y que, por lo tanto, dormiré para la eternidad. Nelson Mandela

1 comentario:

  1. Que razón tienes. Este gran hombre al que todos lloramos ha logrado poner de acuerdo a los hombres y mujeres de todo el mundo. Se habra ido con la satisfacción de haber sido querido y haber sentido ese cariňo, ese amor en los últimos aňos de su vida. Sólo por lo que ha logrado ser y hacer valió la pena VIVIR. Nunca le olvidaremos.

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